Cada 11 de mayo se conmemora el Día del Himno Nacional Argentino. Su historia refleja los cambios políticos y culturales del país, desde sus raíces independentistas hasta su versión actual.


El 11 de mayo se celebra en Argentina el Día del Himno Nacional, en conmemoración a la sanción oficial de la marcha patriótica en 1813, una obra que desde sus comienzos estuvo marcada por su espíritu independentista y antiespañol. La letra, creada por Vicente López y Planes, y la música de Blas Parera, surgieron en un contexto de lucha por la libertad, pero con el tiempo sufrieron diversos cambios para adaptarse a los nuevos tiempos y necesidades políticas.

La historia del himno se remonta a la obra teatral «El 25 de Mayo» de Luis Morante, donde se presentó por primera vez una pieza musical que inspiró a Vicente López y Planes a escribir la letra que reemplazaría a la anterior. En 1812, el Primer Triunvirato sugirió la creación de una marcha patriótica para interpretarla en funciones teatrales y en las escuelas, con la indicación de que el público la escuchara de pie y con el torso descubierto.

Un año después, la Asamblea del Año XIII encargó a López y Planes la letra del himno y a Blas Parera la música, aprobándose oficialmente la Marcha Patriótica el 11 de mayo de 1813. Desde entonces, la canción sufrió múltiples modificaciones: en 1860, Juan Pedro Esnaola realizó arreglos orquestales que enriquecieron la composición; en 1900, se reglamentó una versión reducida para actos oficiales; y en 1924, se acortó aún más para facilitar su interpretación en eventos públicos.

El descubrimiento de una partitura atribuida a Parera en el Museo Histórico Nacional permitió realizar nuevos arreglos, que fueron estrenados en el Teatro Colón en 1927, generando críticas y debates. Posteriormente, en 1944, el entonces presidente Marcelo T. de Alvear aprobó por decreto la versión vigente, que se ajusta a los estándares actuales y es la que se utiliza en la actualidad, tras las modificaciones realizadas por Luis Larreta en 1928.

Así, el Himno Nacional Argentino no solo es un símbolo de la historia de la independencia, sino también un reflejo de las transformaciones políticas y culturales que atravesó el país a lo largo de los siglos.