La peligrosa droga sintética, conocida como “la cocaína de los pobres”, ha sido detectada en la Triple Frontera y amenaza con expandirse en Argentina. Utilizada por delincuentes para suprimir el miedo y el dolor, su consumo plantea serios riesgos para la salud.
El Captagón, una droga sintética inicialmente fabricada en Alemania para tratar trastornos por déficit de atención, ha encontrado su camino hacia la Triple Frontera y ya ha ingresado a Argentina. Esta droga, apodada “la cocaína de los pobres”, ha sido utilizada por grupos terroristas y ahora se perfila como una herramienta para delincuentes locales, quienes la emplean para no sentir miedo ni dolor en situaciones de enfrentamiento.
La píldora contiene fenetilina, una anfetamina sintética que el organismo descompone en anfetamina y teofilina, ambas potentes estimulantes. Originalmente comercializada bajo la marca Captagon, y también conocida como Biocapton y Fitton, esta sustancia induce efectos similares a los de la anfetamina, como euforia, aumento del estado de alerta y mejora del rendimiento físico y mental.
Popular entre los jóvenes en Oriente Próximo como droga para fiestas, el Captagón presenta graves riesgos para la salud. El consumo excesivo puede llevar a un deterioro de la función cognitiva y causar problemas cardiovasculares, además de generar adicción.
La expansión de esta droga en la región plantea un alarmante desafío para las autoridades, que deben enfrentar no solo el problema del narcotráfico, sino también las implicaciones de seguridad asociadas con su uso. La presencia del Captagón en Argentina subraya la necesidad de una respuesta coordinada para combatir su distribución y mitigar sus efectos devastadores en la sociedad.