La comunidad católica de la Diócesis de Puerto Iguazú expresa su tristeza y gratitud tras la muerte del pontífice argentino, con quien compartieron historias y momentos especiales. Monseñor Nicolás Baisi recuerda la cercanía y el impacto del Papa en la región y en su vida personal.


La noticia del fallecimiento del Papa Francisco conmocionó a la comunidad católica en todo el mundo, y la Diócesis de Puerto Iguazú no fue la excepción. Monseñor Nicolás Baisi, obispo de la región, compartió en una emotiva entrevista sus sentimientos de tristeza, gratitud y recuerdos hacia el pontífice argentino.

“A todos nos ha sorprendido porque, aunque estaba enfermo, venía recuperándose. Había estado en el Hospital 30 días y, tras las celebraciones de Semana Santa y Pascua, quería estar con la gente. Por eso, su partida nos llena de tristeza; uno se siente como un poquito desamparado”, expresó Baisi.

El obispo recordó la relación que lo une con Francisco desde su juventud: “Lo conocía desde chico, porque era jesuita y estudiaba en el Colegio Máximo de San Miguel, donde también yo comenzaba en la iglesia. Como sacerdote y obispo, compartimos muchas cosas. La última conversación que tuvimos fue larga y muy amena, en la que hablamos de temas de la Iglesia y de evangelización. Es un recuerdo que guardaré en mi corazón”.

Sobre su nombramiento en Puerto Iguazú, realizado por el propio Papa en 2020, Baisi expresó su agradecimiento: “Me llamó a fines de abril y asumí en julio. Siempre estaré agradecido a Francisco por confiar en mí para venir a esta hermosa diócesis, en una provincia que cautiva por su cultura, geografía y gente”.

Respecto a la relación de Francisco con las misiones jesuíticas —cuyo legado es fundamental en la historia de Misiones—, el obispo señaló que “siempre estuvo presente en él. Celebramos los 399 años de la llegada de los jesuitas a Puerto Iguazú, y él siempre mostró interés. Las misiones no solo transmiten la fe, sino que también ayudan a mejorar la calidad de vida”.

Sobre la ausencia del Papa en Argentina durante su pontificado, Baisi reflexionó: “Al principio, quizás evitaba venir por cuestiones políticas, y luego las dificultades se le fueron presentando. Para un hombre austero y sacrificado como él, seguramente fue un sacrificio. Pero entendió que era lo mejor para la Iglesia argentina”.

Finalmente, dejó un mensaje para los fieles, recordando uno de los últimos llamados del Papa: “En su último mensaje, el Año Santo de la Esperanza, nos invitaba a ser peregrinos de la esperanza, confiando en Cristo muerto y resucitado. La Pascua nos muestra que no caminamos hacia la nada, sino hacia la casa del Padre. El Papa Francisco ha llegado a esa casa, y su legado quedará en nuestros corazones”.

La Diócesis de Puerto Iguazú despide con profundo dolor pero también con gratitud a quien, desde Roma, dejó una huella imborrable en la historia de la Iglesia y en la memoria de los argentinos.